Ahora, seguro que estarás pensando “yo me quiero, pero esta parte de mi no me gusta”. Ahí es cuando entra en acción el segundo paso: valorar si es posible modificar o mejorar algo que no te gusta de ti y ponerte a ello. Es importante que la decisión sea solo tuya y que nazca de ti. Si intentas cambiar algo por algún comentario que te hayan hecho o por presión social siento decirte que esto hará que te frustres más y no disfrutes del proceso, acabando en ocasiones en un intento fallido.