Asegurarse de que el interior del zapato está limpio y seco.
Eliminar la lámina de plástico y busca la marca que indica izquierda (L) o derecha (R).
Colocar la plantilla en el zapato correspondiente con la parte adhesiva hacia abajo.
Situar la plantilla de modo que la zona elevada de la plantilla establezca contacto directo con el arco del pie.
Recolocarla si es necesario de modo que el arco esté situado debajo del arco natural del pie.
Cambiarla a los 6 meses o a los primeros indicios de desgaste.
Para extraer la plantilla, tirar de ella y retirarla del zapato despacio y con suavidad.